Por: Rubén Parra
1. Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no
tenéis plata, venid, comprad y comed, sin plata, y sin pagar, vino y leche!
2. ¿Por qué gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo
que no sacia? Hacedme caso y comed cosa buena, y disfrutaréis con algo
sustancioso.
3. Aplicad el oído y acudid a mí, oíd y vivirá vuestra alma. Pues voy
a firmar con vosotros una alianza eterna: las amorosas y files promesas hechas
a David.
4. Mira que por testigo de las naciones le he puesto, caudillo y
legislador de las naciones.
5. Mira que a un pueblo que no conocías has de convocar, y un pueblo
que no te conocía, a ti correrá por amor de Yahveh tu Dios y por el Santo de
Israel, porque te ha honrado.
6. Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, llamadle mientras está
cercano.
1a
Sedientos todos:
Todos
estamos sedientos de Dios, de su presencia, de agradarle, de servirle con amor,
pureza y sencillez de corazón, aún a pesar de las circunstancias o el estado de
ánimo, es necesario reconocernos sedientos de Dios.
1b
Id por agua:
Buscar
y beber del agua de vida eterna, aproximarse a la fuente divina y beber de su
agua, bañarse con la suave brisa de su Espíritu Santo y dejarse limpiar, sanar,
quebrantar, transformar, convertir…
1c
Los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed de balde, vino y leche sin
pagar…:
Más
claro que el agua, de igual manera, todos aquellos que tengan la necesidad de
saciarse, no materialmente, si no, saciarse en la necesidad del alma y del
corazón. Es saciarse pero del alimento celestial, cabe mencionar, que el Señor nos da sin medida,
en el oriente el vino, la leche, el agua la vendían en las calles y el vendedor
gritaba como anunciador de radio los precios de los productos y la gente
preparaba su dinero para comprar, aquí cabe hacer mención, que en el occidente
cuando uno cumple años, espera a que otros les den regalos, pero en el oriente
pasa lo contario con aquellos que se saben bendecidos por Dios, ellos en vez de
esperar regalos, ellos, regalan a otros en agradecimiento por las bendiciones
recibas por Dios…
2a
¿A qué gastar en lo que no alimenta y fatigarse por lo que no sacia?
Es
necesario que nos preguntemos ¿en qué estamos invirtiendo más? ¿En las cosas
del mundo o en las de arriba?, ¿Qué son aquellas cosas que están alimentando
nuestra vida? ¿Las del mundo o en las de Dios?, ¿en dónde estamos poniendo
nuestra atención, en que estamos invirtiendo nuestra pasión, nuestro
entusiasmo, nuestra vida?
2b
Hacedme caso y comeréis bien, disfrutaréis de algo sustancioso.
El
alimento que necesitamos es el de la palabra de Dios, una vez escuchando un
tema de una serie que se llama “Como las águilas” en donde el predicador
reflexiona las características del águila y como Dios usa esta imagen de esta
ave para darnos a conocer sus propósitos, en cuestión del alimento dice primero
que nada necesitamos “purgarnos” es decir, limpiarnos de aquello que hemos
alimentado el corazón y el alma… quitarnos el corazón de piedra y entrar al
quirófano para que Dios nos sane, es decirle al Señor, “sáname Señor, estoy
enfermos, cámbiame la dieta, no estoy comiendo bien, estoy comiendo basura, que
me va a destruir, que me va a matar”… el predicador dice que el águila no como
carroña, es decir que come selecto, es decir, el águila selecciona su comida,
jamás verás a una águila comer carroña, jamás, el águila come como en Isaías
40, el águila espiritual, no es herbívora, no come hierba sino la palabra de
Dios, su alimento principal, la fuente de su fuerza, de su vigor, de su
textura, de su apariencia, es por la palabra que come, un águila come pan que
rejuvenece su alma, Salmo 103, (sacias…) es la palabra que entra en nuestra
alma y rejuvenece nuestra vida, un águila come “pan fresco” no como “enlatado”
no carroña sino come alimento nuevo, fresco, actual, sustancioso, sólido,
consistente y con todos los nutrientes que necesita nuestra alma, no come leche
adulterada, aún los pichones no lo hacen dice San Pedro, es sentarnos a sus
pies como María, diciéndole, “Señor dame alimento… dame tu presencia…”
3a
Escuchadme y acudid a mí; oíd y vuestra vida prosperará:
Cuando
nos dejamos guiar por el Señor nuestra vida prospera abundantemente, cuando nos
permitimos acercarnos a Él y a escucharle y recibir dirección de Él, nuestra
vida toma una dimensión sobrenatural, aquí es necesario recordar como lo
decimos en el discipulado: “¿Quién es tu maestro? ¿De quién recibes instrucción
para tu vida? ¿A quién escuchamos más? ¿A nuestros razonamientos o a la voz del
Señor? que muchas veces o normalmente va contra corriente del mundo, más
adelante el los versículos 8 y 9 nos habla de cuanto están tan distantes sus
pensamientos de los nuestros y de nuestros proyectos a los suyos… acudamos a Él
para conocer cuáles son su pensamientos y cuales con sus proyectos para
nosotros.
3b
Haré con vosotros una alianza terna: las fieles promesas hechas a David:
WOW!
una alianza eterna... es decir, sin fin… sin caducidad, no es “perecedera” como
los alimentos, una alianza que nada ni nadie la destruirá ya que es palabra de
Dios… y cuáles serán esas FIELES promesas, (nótese las mayúsculas) hechas a
David, Isaías lo dice en el capítulo 59 versículo 21: “Cuanto a mí, esta es la alianza con ellos, dice Yahveh. Mi espíritu
que ha venido sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios no caerán de
tu boca ni de la boca de tu descendencia ni de la boca de la descendencia de tu
descendencia, dice Yahveh, desde ahora y para siempre.” Y Jeremías lo dice
en el capítulo 31 versículo 33 y 34: “Sino
que esta será la alianza que yo pacte con la casa de Israel, después de
aquellos días - oráculo de Yahveh -: pondré mi Ley en su interior y sobre sus
corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Ya no tendrán que
adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: «Conoced a
Yahveh», pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande - - oráculo
de Yahveh - cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme.” Otra vez WOW, promesas
inquebrantables, promesas FIELES para ti y para mí…
4Le nombré testigo de
las naciones, caudillo y legislador de los pueblos:
Testigos
de su amor y de su palabra, de sus obras y de sus proyectos, “no podemos callar
lo que hemos visto y oído” (Hechos 4,20) seremos quienes anuncian con poder y
con amor su palabra, adiestrados e instruidos por Dios en la batalla
espiritual.
5Lamarás a un pueblo
que no conocías, un pueblo que no te conocía a ti correrá, por amor de Yahvé tu Dios, por el Santo de
Israel, que te honra:
Anunciaremos
a pueblos desconocidos para nosotros y ellos acudirán a nosotros a que les
compartamos al Señor a través del testimonio y de su palabra.
6 Buscad a Yahvé
mientras se deja encontrar; invocad a Yahvé mientras está cercano:
No
desaprovechemos este momento de gracia para la comunidad en donde Él promete
estar más cercano de lo que imaginamos, pensamos o creemos, Dios está listo
para escucharnos y bendecirnos.
Leer
y meditar Sofonías 3, 9-21
Amén…